jueves, 2 de junio de 2011

COMPETENCIA PEDAGOGICA

Si partimos de tomar las competencias como el conjunto de conocimientos y habilidades que todos los sujetos necesitamos para ejercer alguna actividad, en este caso la docencia, se requiere pensar no solo en las capacidades y habilidades disciplinares en sus diferentes niveles, sino además en las referidas al comportamiento profesional y social, a las actitudes y a la capacidad de innovar .
El educador ya no es el único poseedor de los conocimientos de su disciplina y el responsable exclusivo de su transmisión sino además es un dinamizador de los contenidos para los que se requiere que posea saberes pedagógico-didácticos que lo hagan capaz de extrapolar el conocimiento científico a los contenidos que enseña para así lograr que el proceso docente-educativo se desarrolle con la calidad que exigen estos tiempos.
Por otra parte, la diversidad del estudiantado y de situaciones educativas aconsejan a los formadores, es decir los docentes posean un conjunto de competencias necesarias para afrontar los retos de las actuales condiciones del proceso docente-educativo, estas competencias según criterios emitidos por la UNESCO deben contemplar tres niveles: el básico, genérico y específico.
Por su parte Braslavsky C. (1998), afirma: "Los profesores que trabajen actualmente y que deseen persistir en roles vinculados a la mediación de los conocimientos en proceso de proliferación deberán tener competencias vinculadas con la resolución de los problemas o desafíos más coyunturales, a las que denomina "pedagógico – didáctico"6.
Las competencias pedagógico - didácticas facilitan procesos de aprendizaje autónomos; los docentes deben saber conocer, seleccionar, utilizar, evaluar, perfeccionar y crear estrategias de intervención didáctica efectivas que posibiliten conducir un proceso docente – educativo acorde a las exigencias del mundo contemporáneo.
Las universidades cubanas insertas en esta nueva política educacional, entorno a la educación por competencias contribuyen a la formación de un egresado poseedor de competencias, prestando especial interés al desarrollo de competencias pedagógicas básicas sobre todo a partir de los primeros años de inserción laboral del egresado, en el período denominado de "Adiestramiento Laboral". Aunque debemos señalar que la formación de competencias pedagógicas debe ser concebida como un «proceso continuo, sistemático y organizado» lo que significa entender que dicha formación ha de abarcar toda la carrera docente.
Hablar de esta carrera no es más que reconocer que los profesores, desde el punto de vista del «aprender a enseñar», pasan por diferentes etapas específicas y diferenciadas que representan exigencias personales, profesionales, organizativas, contextuales y psicológicas.
Es en la denominada fase o etapa de Adiestramiento Laboral constituye una de las más importantes por las que atraviesa el egresado ya que constituye la etapa en la que debe «aprender a enseñar» y que paradójicamente ha sido una de las más olvidadas tanto por las instituciones universitarias como por otras dedicadas a la formación permanente del profesorado.
En el plano internacional se constatan diversas denominaciones que recibe la etapa de "adiestramiento laboral" o de «aprender a enseñar» como son período de iniciación o inducción a la enseñanza, la misma considerada de crucial importancia en la adquisición de competencias pedagógicas básicas que le permitan al joven docente asumir el proceso de enseñanza – aprendizaje.
En este sentido existen .experiencias en el ámbito internacional tales como la de Carlos Marcelo y Mónica Feixas en España, y Gabriela Meneguzzi en Argentina, entre otros, han reflejado en sus obras las acciones que se implementan en sus respectivos países con vistas a actualizar y perfeccionar la labor pedagógica inicial y continua del profesorado universitario.
Todos concuerdan que es durante el período de iniciación profesoral o de adiestramiento laboral donde coexisten factores negativos que atentan contra esta formación ; entre ellos se hallan problemas específicos que van desde la imitación acrítica de conductas observadas en otros profesores, el aislamiento, la dificultad en la transferencia del conocimiento adquirido en su etapa de formación y el desarrollo de una concepción técnica de la enseñanza.
Simon Veeman (1984) quien popularizara el concepto de "choque con la realidad" para referirse a la situación por la que atraviesan los profesores en sus primeros años de docencia argumenta: "Es un proceso de intenso aprendizaje de tipo ensayo- error en la mayoría de los casos, caracterizado por un principio de supervivencia y por un predominio del valor de lo práctico. Los programas de iniciación tratan de establecer estrategias para reducir o reconducir el denominado choque con la realidad.".
Un ejemplo ilustrativo de la situación del profesorado principiante en el mundo nos sitúa en Estados Unidos, donde el 25% de los profesores principiantes no enseña más de dos años y cerca del 40% deja la profesión en los primeros cinco años.
Esta deserción profesoral se hace cada vez más crítica en las zonas más desfavorecidas y alejadas de los centros políticos y sociales. Nos referimos a las comunidades rurales o selváticas, alejadas y mal comunicadas, con insuficientes infraestructura y caracterizada por poseer culturas y lenguas diversas. En estos lugares se hace inminente retener a la población docente ofreciendo programas formativos que motiven e incentiven a los profesores a mantenerse en la enseñanza.
La situación mundial de estos programas de formación pedagógica demuestra no tener un consenso a la hora de homologar cursos o mínimos con vistas a formar a los profesores principiantes. En un reciente informe, Vonk, (1994:85) autor holandés con una década de investigaciones centradas en dicha temática afirmaba: "En la mayoría de los países europeos, la inducción sistemática de los profesores en la profesión ha sido un área desatendida, y eso a pesar del elevado número de profesores que ha abandonado la profesión en los primeros tres años de servicio."7
Puelles Benítez (1999) advierte que "los planes de estudio de la formación inicial y de la formación continua están en crisis. No basta ya con reforzar los conocimientos del profesor; hay que suministrarle también un conjunto de capacidades, competencias, destrezas, habilidades y actitudes que le permitan asumir el papel de guía de ese proceso interactivo que constituyen hoy la enseñanza y el aprendizaje"8.
Lo anteriormente expuesto nos conduce a pensar en la creciente necesidad de implantar programas de formación o superación pedagógica que contribuyan a aminorar las dificultades propias de los primeros años en la praxis pedagógica de los profesionales universitarios.
Nuestra enseñanza superior permeada de lo más valioso de la Pedagogía contemporánea nos exige perfeccionar y redimensionar la formación profesional de de las futuras generaciones y toma medidas a favor de integrar armónicamente conocimientos, habilidades, capacidades, valores y competencias profesionales que contribuyan al mejoramiento de la sociedad.
Las competencias profesionales se manifiestan en la medida que el sujeto es capaz de desarrollar en la acción un conjunto de saberes adquiridos, las competencias involucran capacidades para el desempeño profesional del individuo en la diversidad contextual que su profesión lo requiera. Las competencias profesionales presuponen la puesta en juego de un conjunto de valores que le otorgan un significado crítico a cada contexto específico en el que se desenvuelva el sujeto.
Desde esta perspectiva, hoy en día es posible reconocer que las competencias docentes se convierten en un punto de inflexión para sustentar y orientar los procesos educativos y las prácticas pedagógicas. Se vinculan tanto con la formación académica de los futuros docentes como con su flexibilidad estratégica y su disponibilidad actitudinal.
En la actualidad, se hacen cada vez más recurrente los debates en torno al desarrollo de competencias profesionales en los docentes, sobre esta temática la autora Cecilia Braslavsky (1998) reseñaba un grupo de competencias básicas las que clasificaba en competencia productiva, competencia institucional, competencia especificadora, la interactiva y la investigadora.
Por su parte, el Ministerio de educación y Cultura de la República de Argentina propuso en el año 2002 un grupo de competencias profesionales para la formación docente; las que agruparemos de la forma siguiente:
  • La competencia empático - comunicativa.
  • La competencia cognitiva y la didáctico-disciplinar.
  • La competencia ciudadana
Aunque las anteriores competencias profesionales han sido denominadas de forma diversa se puede apreciar que esencia ambas constituyen el grupo de competencias deseables que se han desarrollarse en todos los docentes, especialmente en aquellos que inician su desempeño profesional en la docencia.
A continuación ofreceremos una pequeña reseña de las competencias nombradas previamente:
La competencia empático -comunicativa se manifiesta a través del interactuar con tolerancia y respeto por los otros, comprendiendo las características culturales y psicológicas de los grupos en situación de aprendizaje
La competencia cognitiva y la didáctico- profesional resulta imprescindible en la formación docente, e implica concebir la enseñanza de manera holística, en la que se articule la teoría con la práctica, para que el estudiante sepa extrapolar el conocimiento más allá del aula y pueda aplicarlo a situaciones concretas que se darán en su futura profesión, los docentes deben apoyarse en la didáctica y ser capaces de intervenir estratégicamente en los contenidos de su disciplina, con la ayuda de medios diversos como pueden ser las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicaciones. Todo esto tributará progresivamente a alcanzar una práctica profesional autónoma.
La última, pero no menos importante es la competencia ciudadana, la que implica participar en la vida social de la sociedad y de la comunidad en general, esta competencia promueve la convivencia pacífica de todos los miembros que la integran, comprometiendo a los docentes a ser miembros activos tanto en la gestión educativa institucional, local, como en la comunidad coadyuvando con su accionar a ampliar el horizonte cultural de los que le rodean en su propio beneficio y en beneficio de todos.
Al referirnos a las competencias lo hacemos no desde el enfoque reduccionista que solo centra su interés en capacitar al individuo para que sea capaz de competir en el mercado laboral y que solo lo reconoce si este aporta potencialmente a la economía, cuando nos referimos al desarrollo de competencias profesionales lo hacemos partiendo de un enfoque integrador, enfoque que tiene su basamento filosófico en el supuesto Histórico- Cultural Vigotskyano cuyo centro de atención es el desarrollo integral de la personalidad del individuo y su relación con la sociedad a través de la interacción en la actividad productiva y transformadora que desarrolla conjuntamente con otros sujetos.
A lo largo de la historia de la Educación Posgraduada en nuestro país se han implementado modelos de superación pedagógica para todo el profesorado universitario, partiendo de diversas perspectivas, a pesar de estos mancomunados esfuerzos por contribuir a formar pedagógicamente al claustro aún se perciben dificultades en la misma, sobre todo en los primeros años de ejercicio docente.
En el caso de la Universidad Central de las Villas y su centro de Estudios de Educación han adoptado variantes para contribuir a la formación pedagógica del profesorado sobre todo la formación del recién graduado en adiestramiento las que son implementadas en los cursos de Pedagogía Básica y también en diplomados.
Si bien las acciones encaminadas no han sabido transformar las formas de impartir la docencia de los profesores en adiestramiento, consideramos que se puede proponer el modelo teórico – metodológico de un programa que promueva la formación de competencias pedagógicas – básicas por su vital importancia en la conducción exitosa del proceso docente – educativo, además determinar por medio de la investigación científica, cómo estructurar el modelo del programa que deberán cursar los profesores principiantes que le posibilitarán la adquisición de estas competencias y a partir de ahí diseñar los restantes componentes del curso que se va efectuar con el propósito de propiciar la superación pedagógica inicial para que puedan afrontar la docencia que requiere la universidad de contemporánea.
 BIBLIOGRAFIA
www.monografias.com/trabajos54/competencia-adiestrado-universitario/
AUTOR: Morales González, Alfredo .
FECHA. 02/05/ 1997.
TEMA: COMPETENCIA PEDAGOGICA




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